jueves

DEL SEXO A LA CONVIVENCIA
Después de ese encuentro casual donde la pareja disfruta de la intimidad, conoce secretos que, hace algunos años, eran reservados en su mayoría para después de consumado el matrimonio, la pareja, como debe ser, reconoce desde el deseo y la necesidad que tanto puede ser bueno para la relación una convivencia bajo cualquier norma pues, Dios así lo recoje en la Biblia, no se puede vivir bajo un mismo techo compartiendo el mismo odio y es por ello que si deciden vivir juntos es por compartir esos deseos y los "delirius tremens" que abundan por este valle de música, llanto, soledad y amor que es la vida.
La convivencia es temida por todas aquellas personas que han vivido siempre en la soledad de la solteria o la mala suerte, o por aquellas otras personas que han pasado por una mala experiencia por la falta de conocimientos en cuanto a convivencia se refiere. El detalle de compartir tus gustos, tus hábitos (malos o buenos) tu música, tus intimidades, amistades y todo ese mundo que gira sobre tu deseo de como vivir la vida es un paso muy importante cuando lo tomas sin ninguna presión o convicción errónea.
La convivencia debe ser elección de dos, el deseo, las buenas intenciones no funcionan desde un solo pensamiento. la presión sobre tu pareja sobre la convivencia en común no es mala si se sabe ejercer con amor. A qué me refiero. El deseo provocado, las costumbres demostradas y practicadas desde esas horas de encuentros fortuitos son como esa mordida a la manzana jugosa que se presenta para que se pruebe pero que no se permite devorarla entera para que ese goce razonable vaya increchendo sobre las condiciones que rodean a tu relación que, como todos sabemos, casi nunca son las más deseadas para alentar una convivencia de pareja.
El temor es siempre una opción válida para tomar este paso tan importante, acaso no lo es también para dar el paso inicial no solo de una relación sino de casi todo lo que hacemos en la vida. Siempre hay temor al fracaso, es normal, los seres humanos tenemos la capacidad de razonar y podemos, gracias a Dios, poder las dos caras de la moneda en cada acción que vamos a tomar, aunque a veces y es cierto, hay cosas que nos impiden ver con claridad sobre esa decisión y damos ese paso en falso, lo cual, desde mi punto de vista, no es malo, sino por el contrario un fracaso es signo de valentía, signo de que se tuvo el valor de dar un paso adelante y sirve, como todos los fracasos para aprender a conocer como se desenvuelve la vida alrededor de nosotros lo cual desde cualquier ángulo que quiera ver es válido y te ofrece la posibilidad de ganar en experiencia, la misma que utilizarás no solo para sobrevivir en una situación similar, sino que compartirás con amigos para que ellos no pasen por esa situación tan dolorosa o no por la que ya has pasado. En conclusión no es malo fracasar, es un viejo estigma que pende sobre las ya cacareadas normas de moralidad social y que, por suerte, cada día hay menos adeptos a esas normas.
Al tomar una relación de convivencia la pareja debe sentarse sobre una conversación amena y franca donde expondran todas aquellas costumbres y formas de vida a las que estaban acostumbrados a disfrutar justo hasta ese día. No se trata de imponer una forma o estilo, no se trata de fuerzas o poderes, se trata de entendimientos, porque es muy difícil sobrevivir en una relación donde tienes que adoptar un estilo de vida muy diferente al que has vivido los años anteriores.
El respeto es la base fundamental de una relación, sobre él no debe existir ningún deseo, igual o por debajo de él todas aquellas situaciones o normas que deseen colocar sobre la relación para una convivencia sana. El respeto es quien va a determinar si en verdad una pareja podrá o no sobrevivir. Ninguna relación está excenta de problemas y estos son diversos y como todo en la vida su grado de complejidad va desde lo sublime a lo ridículo, desde lo tonto hasta lo importante y para salvar esos escollos sin dañar esa convivencia el respeto y la comprensión deben ser habitantes permanentes en esa historia.
Una pareja, como ya sabemos, debe combinar sus caprichos, gustos, pecados, virtudes, defectos, de manera que ninguno de los dos deba ceder más que el otro. la conversación franca y amena que comentabamos anteriormente es la base a estos cimientos que serán quienes soporten el buen paso de esta relación. Un ejemplo muy común es el que casi nunca los amigos de una persona congenian o caen bien a la otra persona de una relación, o los lugares donde uno de los dos disfruta ir como pueden ser: cine, teatro, discotecas, galerías, parques, etc, y es ahí donde la comprensión es donde debe entrar a actuar, el cambiar aquellos lugares que no nos gustan por aquellos que si nos gustan y complacer a nuestra pareja en acompañarla a aquellos lugares donde no deseamos es muy similar a un pacto que se hace una sola vez para toda la vida. Compartir es la base de un buen entendimiento, lo cual como ya hemos dicho con anterioridad es la base del respeto que, a su vez, es la base principal de una pareja para disfrutar del amor en una excelente relación de parejas.
El sexo, como todos sabemos, es uno de los ingredientes fundamentales de la pareja. Es muy cierto que la frecuencia de una pareja recien constituida va desde varias veces en la semana hasta una vez por mes cuando el tiempo ha transcurrido en esta relación y la costumbre es quien influye sobre esta actitud tan poco comentada y que sin embargo muchos de nosotros hemos sido lo mismo victimarios que víctimas, lo cual no es tan complicado de cambiar aunque si es muy difícil una vez que se ha caido en ese estatus de aburrimiento sexual.
No es difícil, como decía, evitar ese aburrimiento. El hombre (me refiero a género) es un animal de costumbres. Si los dos integrantes de una pareja tomaran, por así decirlo, la costumbre de tener sexo cada vez que se provoque el deseo, entonces la frecuencia de estas relaciones sería casi diaria, porque bien sabemos que ese pretexto burdo del cansancio desaparece una vez que el deseo comienza a ser provocado. No hay ningún impedimento, salvo la impotencia, que no responda a una provocación sexual.
Ambas partes deben tener lo anterior como premisa. Evitar las mismas posiciones o forma de practicar el sexo ayuda a que esa costumbre tan deliciosa de practicar el acto sexual o hacer el amor como más se le conoce en los últimos años sea placentera y no provocaría desgaste o deseos que se apagan con la misma velocidad con que llegan.
Dentro del secreto mundo de una pareja no existe ningun deseo que no pueda ser complacido. Los tabues por realizar posiciones o cumplir aquellos sueños eróticos que normalmente tenemos todos no deben ser prohibitivos entre dos personas que se aman, se respetan y que tienen una relación de convivencia muy sólida.
La relación de convivencia entre dos personas es una complicidad donde se conjugan todos los factores a los que estamos acostumbrados a vivir. Es necesario que exista respeto y acuerdos para que todas estas situaciones, deseos y gustos se compenetren de manera ideal para poder vivir en armonía esa bella relación de amor que está forjandose, entre besos, caricias, palabras y ese deseo infinito que es el amor.
Artículo escrito por encargo para la revista privada "The Corners Singles" publicado en su edición 44 de 2009.

0 comentarios:

 
Copyright 2009 OPINION CUBANA. Powered by Blogger Blogger Templates create by Deluxe Templates. WP by Masterplan