En las Grandes Ligas del béisbol sus nombres también brillan. En Madrid, el primer poeta latinoamericano es un negro cubano. En la Coca Cola, Kellog's, McCormick, Pepsi Cola y tantas otras su dirigente es, o fue un cubano. En el Congreso de Washington hay cuatro cubanos, en el Senado federal se sientan dos cubanos, el Ministro de Comercio de E. U. es un cubano, la Viceministro de Salud es una doctora cubana.
Caramba, son unos pocos en éste país y llegaron hace muy poco tiempo. En las tierras prestadas del extranjero parecen llevar siempre en la frente la marca del sitio de donde vienen. Los cubanos llevan a Cuba. La enaltecen y la honran, porque además de en la frente la llevan en el corazón. Pero hay algo en el desterrado cubano, a mi juicio, superior a esa actividad profesional triunfante, y es su odio al despotismo del que huyen, su amor a la tierra que dejaron.
Eso lo separa y lo define. Eso da a sus triunfos en medio del desarraigo, una grandeza que de otro modo no tendría. Se han afincado definitivamente en estas tierras hospitalarias que los han acogido y donde viven en lo material muchas veces mejor que como vivían en Cuba. Aún teniéndolo todo, si les falta Cuba, no tienen nada. Quizás por ello han hecho su Cuba aquí. Por eso, si se le mira bien, se verá que a veces parece que el cubano ríe, pero en realidad está llorando por dentro. Le nace el hijo, le crece, se le gradúa en la Universidad, pero el cubano suspira. ¡Ay, si estuviera en mi Cuba!.
Compra una casa, un auto, o una lancha y sigue suspirando. ¡Ay!. Si todo esto lo tuviera en Cuba! De una manera misteriosa, que no puede definir, hay un vínculo con aquello que tira de aquí hacia allá. Ahora que perdió a su país, sabe que no puede vivir sin Cuba, y la sueña de noche, y le agiganta los valores y la embellece y la idealiza, y se culpa de no haberla entendido mejor, y la recrea en su cantos y bailes, y la revive en sus historias en sus costumbres y en sus comidas.¿Por qué compran hoy los cubanos más libros cubanos que nunca?. ¿Por qué tienen sus casas, sus negocios y sus oficinas llenas de palmas, de banderas, de escudos y de retratos de José Martí?
¿Por qué aunque sean USA citizens SIGUEN SIENDO CUBANOS? ¿Por qué se reúnen en sus municipios formados en el exilio, borrando antiguos antagonismos de partido o clase? Porque el cubano sabe que lo único auténticamente suyo fue SU CUBA y que a ella quisiera el poder regresar. No les preocupa que le devuelvan la residencia o el negocio, si lo tenían.
Lo único que desean es volver a su tierra. La casa donde nació está destruida, al pueblo se lo han puesto desconocido, la madre ha muerto. Pero no importa. El exiliado cubano quiere de todos modos ir a esa casa, a ese pueblo y a esa tumba. La Patria empieza ahí.
Por Víctor Mona
periodista mexicano
1 comentarios:
Nossa Pátria é onde estamos felizes e onde somos respeitados e queridos.
O amor precisa prevalecer!
Bom texto.parabéns.
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