LOS VENDEDORES DE PAN

La policía cubana conoce a la mayoría de los delincuentes, sabe quienes son los que ofrecen sobornos para quedar impunes y los que, como delincuentes menores se dedican al raterismo ocasional y que raras veces poseen la liquidez para pagar su salida de la cárcel. Están tan ocupados en cuidar el ambiente político que practicamente han descuidado la tranquilidad social. Viven, como todos los cubanos, el día a día, solo que en este caso su "busqueda adicional para subsistir" está condicionada a la tranquilidad y protección de la ciudadanía.
Cada cierto tiempo la policía cubana se enfoca en hacer su "limpieza" contra los indefensos viejitos que venden sus cigarros y otros productos en la puerta de los supermercados o lugares públicos como medio de supervivencia a su estado de abandono, o como es el caso de la nueva cruzada policial: los vendedores de pan.
No todas las panaderías de la Isla fabrican el llamado pan por la libre o sea el que no esta incluido en la ración de la libreta de abastecimiento. Las personas que se dedican a la venta de pan compran este pan y lo trasladan a los lugares donde no hay este tipo de panaderias y lo venden a los residentes obteniendo 1 peso de ganancia por cada pan.
En cualquier lugar del mundo esta compra venta no es un delito. En Cuba lo consideran como enriquecimiento ilicito. Es lamentable la posición del gobierno en no analizar la situación economica actual de la isla y en no permitir que estos pequeños negocios vuelvan a levantar una economía tan obsoleta como su régimen.
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