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LA SOCIEDAD SOCIALISTA CUBANA EN POCAS PALABRAS
Vivir fuera de Cuba es trago doloroso para cualquier hijo de esa Isla encantadora donde la rumba, el misticismo, el ron, las mulatas han creado lo que podemos nombrar como “el embrujamiento silencioso”. No existe otra parte del mundo donde un cubano encuentre ese ritmo de vida tan peculiar.
No hay riqueza que pueda crear esa magia de más de 500 años, incluso en las grandes comunidades cubanas fuera de la Isla no es igual, algo falta, quizás las emociones fuertes, la mezcla de tabúes de otras sociedades o el acoplamiento necesario de un cubano a otras culturas, no se, ¿quién sabe? Lo cierto, lo realmente cierto, es que se pierde ese encanto, hasta la comida sabe diferente y esto puede deberse a varias causas, pero no es el tema de este trabajo.
Vivir en la Cuba actual es todo un desafío a las leyes modernas de la convivencia. A las leyes naturales de supervivencia, a las reglas y normas de lo racional. Hace algún tiempo, cuando recién llegaba de Cuba entré a un restaurante para recuperarme del calor seco y asfixiante que había y me senté en la barra pidiendo una cerveza. Para mi asombro pude percatarme de que no era el único cubano en el lugar, a unos cinco metros de mi había una pareja compuesta por un cubano y una mexicana y por lo que pude observar él también estaba recién desempacado. Lo curioso fue escucharlo pedir una cerveza en la jerga popular cubana y cuando fue servido decirle al dependiente que le guardara una caja completa para no quedarse sin cerveza cuando estas se terminaran. Realmente tuve que sonreír porque el dependiente le respondió asombrado de que difícilmente se terminaran. Lo que el dependiente desconocía era que este señor acababa de salir de una de las sociedades más surrealistas que se pueda soñar o imaginar.
Conocer y mantener una amistad con un cubano es algo sumamente sencillo, tratar de entenderlo y mucho peor, comprenderlo, es una tarea titánica. Sin embargo, para un cubano que vive en la isla es lo más natural del mundo comportarse de esa manera y entre ellos se entienden y comprenden. Lo que ocurre es muy sencillo, muchos extranjeros ven con simpatías a los cubanos y estos a su vez con mayor simpatía, pero que ocurre: el cubano es un ser humano creado en una de las sociedades más curiosas y alegres, descendientes directos de españoles y africanos, crearon una mezcla tan curiosa como noble, pero tomaron la franqueza, molesta e incisiva de los españoles y la alegría y rebeldía de los africanos y crearon la identidad cubana, el criollo, el tipo rebelde y bailador, mujeriego y conquistador, servicial y noble, conversador y alegador por excelencia que, para muchas culturas y sociedades es algo desconocido, es por ello que un cubano al llegar y enfrentarse a la vida diaria de estas culturas puede causar algunas molestias, pero por suerte esto solo ocurre por muy breve tiempo.
En la sociedad Cubana actual se vive bajo un régimen de carencias total. Difícilmente encuentras a la venta libre en las tiendas de abarrotes (bodegas) productos tan necesarios como jabón de baño o de lavar, papel higiénico, pasta dental e incluso azúcar, pese a que Cuba es uno de los mayores productores del ramo. De las pocas cosas que encuentras en venta libre en estos negocios estatales están los cigarros y para colmo en muchas ocasiones se terminan y pasan los días sin que vuelvan a estar a la venta.Incluso hasta en las tiendas de cadena o las conocidas como shopping (tiendas que operan en divisas fuertes) no encuentras tanta variedad de productos, pese a operar de manera autónoma a la red nacional de distribución y a que la ganancia de cada producto vendido oscila entre el 270% y 600% del precio real de compra o inversión
Es cierto que existe un bloqueo por parte del gobierno de Estados Unidos, o mejor dicho sanciones económicas, porque un bloqueo como tal, no es, porque el único bloqueo que ha recibido la isla como tal ocurrió cuando la Crisis de Octubre (crisis de los misiles) en 1962 donde realmente el perímetro de la isla estaba cubierto por buques norteamericanos y no entraba ni salía nada. Es cierto que estas sanciones afectan en buena medida el desempeño de la economía cubana, pero no son para nada definitivas ni influyentes para el desempeño tan desastroso de la sociedad cubana
Muchas pueden ser las causas para tan mala administración de recursos, para la escases de divisas a la que apela el gobierno para justificar su mal desempeño y es que un país no se puede dirigir como un campamento guerrillero. Muchos de los créditos a los que Cuba no puede acceder se deben al mal historial crediticio del país.
Es real que muchas instituciones se aprovechan de la mala relación de la isla con USA para subir los intereses de los préstamos, pero esta también la racionalidad de un gobierno para aceptarlos o negociar los intereses, pero por desgracia, la mala planificación de la economía conlleva al no cumplimiento de estos contratos. Por ejemplo, se solicita un préstamo que se va a pagar con el 35% de la venta de la producción de azúcar y todo queda pactado de esa manera, pero entre desastres naturales y una mala atención a los cultivos la producción cayó a un 60% de lo esperado, sin embargo no es solo el 35% el que esta sujeto al pago de este crédito, porque el otro 65% estaba también empeñado a otros contratos y que ocurre: faltó un 40% de lo planificado y empiezan, como es lógico, los incumplimientos de pagos, porque generalmente, pagar, es lo último que se hace y ahí comienzan los atrasos, renegociaciones y los incumplimientos que generan un mal historial crediticio, es por lo anterior que el mayor daño que ha impactado a la sociedad cubana actual, no es el bloqueo norteamericano, sino la mala administración de su gobierno.
Dicho así, puede parecer una afirmación muy radical o comprometida, pero si analizamos los antecedentes económicos antes de 1990, la economía cubana se manejaba con recursos provenientes del campo socialista, muchos de los cuales fueron comprados y jamás pagados en su totalidad. Por ello jamás se le dio importancia a los créditos internacionales y mucho menos a pagarlos, porque importaba muy poco las medidas de coerción de la banca internacional al cerrar líneas de créditos o impedir la apertura de los mismos. Por lo anterior nació lo que se ha dado en llamar “el periodo especial” que no es otra cosa que apretar aun más el cinturón de un pueblo que ya de por si no le quedaban hoyos para apretar y es que, al caer el campo socialista la revolución cubana se vio muy apretada por la falta de liquidez para adquirir productos necesarios, al no tener muchos créditos y no tener la ayuda económica de la URSS, Cuba tuvo que cambiar su política exterior y mejorar su imagen crediticia ante los ojos del mundo.
Ocurrieron hechos muy importantes: permitieron la entrada de inversiones, permitieron la entrada del turismo, la circulación libre del dólar y otras cosas más y las cosas comenzaron a mejorar por el lado económico. Por el lado social fue lo contrario: reapareció (públicamente) la prostitución, las drogas, la pobreza extrema, reaparecieron enfermedades que no se veían desde los campos de concentración de la Alemania Hitleriana, como la neuritis periférica y otras más, se hizo más evidente el abandono de las ciudades y la respuesta a estas situaciones sociales del gobierno fue la de aumentar la represión, encarcelar a quienes se oponían a todos estos atropellos y sin embargo, por mucho tiempo, todas estas personas que se dedicaban al negocio de la prostitución (llámese jineteras, caseros, chulos, pingueros, etc.) jamás fueron tocados, salvo algunos casos y mucho menos los que se dedicaban a las drogas ya que, encarcelarlos, seria aceptar que en la sociedad cubana existían las drogas y la prostitución, lo cual era inadmisible para una sociedad socialista, hasta que se percataron que el mundo entero lo sabía y empezaron a tomar medidas, pero ya era tarde, ya la sociedad estaba lacerada por estos vicios que, aunque nunca desaparecieron del todo, era muy raro verlos a la luz pública.
La respuesta del gobierno cubano a los problemas económicos fue desastrosa porque lejos de buscar soluciones de corto, medio o largo plazo, se les hizo más sencillo pasar las consecuencias de las mismas directamente al pueblo y buscar un culpable en lo que se arreglaban los problemas, lo cual fue una mala decisión ya que, en una buena medida, la población dejó de vivir en la burbuja socialista, dejo de creer en las promesas, dejó de ver por ojos ajenos y comenzó la lucha por cambiar la sociedad, por no dejarse tratar como marionetas, dijo basta a muchas de las costumbres y el gobierno tuvo que ceder a las mismas, solo que manipulo las condiciones y las sigue manipulando.
Un caso muy reciente de lo anterior es la apertura de los hoteles al turismo nacional. El gobierno tomo la medida y la esta tratando de convertir en un logro revolucionario, lo cual resulta aberrante, ya que en la propia constitución cubana, escrita y aprobada por el gobierno de Fidel Castro (el pueblo jamás tuvo participación directa en su aprobación) resulta un delito prohibir el acceso a las playas y centros turísticos en general de los nacionales. Incluso en su alegato de defensa al juicio que se le siguió a Fidel Castro por el ataque al cuartel Moncada, el propio Fidel se quejaba de que en Cuba existían lugares donde no se permitía el acceso a los negros y a los pobres, que existían clubes playeros o sociales donde solo tenían acceso unos pocos y prometía que acabaría con ellos, incluso, mucha de la propaganda política de los años setenta y ochenta aun giraba sobre este asunto y sin embargo, que ocurrió: nacieron lugares como Cayo Largo, Cayo Guillermo y otros donde no se permite aún la entrada de nacionales, a pesar de que ya se permitió de manera oficial la entrada del turismo a la red hotelera.
Muchas son las prohibiciones y restricciones que aun sobreviven en la sociedad cubana y esperemos que muy pronto vayan desapareciendo, para bien de un pueblo que ya lleva 56 años de dictaduras. Un pueblo que necesita respirar y convivir con el resto del planeta, que necesita dirigir sus problemas y resolverlos de manera autónoma y no bajo el capricho de un solo hombre.

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