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LA VERDADERA CRISIS EN LA ECONOMÍA DE CUBA

La crisis económica que ronda a las economías de mundo ha afectado a muchas familias en su poder adquisitivo y lo que es peor, en sus patrimonios familiares. No es mi intensión buscar ni juzgar a los culpables de esta crisis. Ni siquiera quiero hablar de la crisis en si. Más bien quiero referirme a la profunda crisis económica que padece la Isla de Cuba y que, por supuesto, nada tiene que ver con esta famosa crisis mundial, aunque, para ser honestos ha repercutido con mucha fuerza contra los cubanos.

El asunto es que desde finales de los años ochenta la economía cubana, o para ser sincero, la planificación y costumbre de ahorrar y gastar los recursos ajenos, desapareció y no ha existido un plan económico que venga a salvar las desoladas arcas de la república.

La costumbre convierte el hábito, y el hábito induce a hacer las cosas de manera monótona y eso es lo que ha ocurrido en los últimos 50 años en la Isla. Para entender un poco esta madeja desenredable hay que hacer un poco de historia.

En 1959, como todos sabemos vino el triunfo de la revolución. Ese año fue, a pesar de las locuras y el romanticismo, un año bastante bueno para la economía cubana. Muchos de los centrales que estaban en la zona de guerra reanudaron su producción, al igual que la zona cafetalera del Oriente cubano. En general las exportaciones subieron casi al doble a pesar de algunas medidas de carácter populista que se tomaron ese año.

1960 fue el año donde comenzó la debacle, la mayoría de los productores agrícolas fueron afectados por las medidas, muchas de las grandes industrias (de por si no eran muchas) fueron nacionalizadas y por supuesto, todo cambio genera discordias y genera problemas, ahí pueden comenzar a sacar conclusiones. A lo anterior sumemos una incipiente guerra que se gestaba desde el centro de la isla comenzó a tragarse los menguados recursos del país.

1961 fue el año de la debacle total, ya que en ese año se fortaleció la guerra en el centro, se multiplicaron los sabotajes y fue la invasión a Girón lo que, por supuesto trajo una crisis económica, agravada aún más desde el año anterior cuando la isla rompe relaciones diplomáticas con su principal socio económico: Los Estados Unidos.

1962 fue un año duro que pudo representar el colapso total de la revolución. La guerra en el centro, el aumento de los sabotajes, y lo que fue conocido como la crisis de los misiles o la crisis de octubre, que fue en realidad la salvación y consolidación del régimen castrista. Por qué digo lo anterior. La crisis de los misiles comenzó al ser detectados misiles con capacidad nuclear en territorio cubano. ¿Una estrategia?, ¿una locura?, ¿un deseo de poder?, ¿quién sabe?.

Lo importante aquí es que esa situación, donde nuestro viejito cascarrabias fue dejado de lado, por los dos líderes de las superpotencias al arreglar el asunto de los misiles entre ellos, dejando, por supuesto, al viejito con una de sus más memorables perretas fue, para la isla, un momento importante para el futuro de nuestro tiranuelo y su revolución, ya que ambos líderes negociaron en secreto la no invasión de la Isla por los Estados Unidos.

A pesar de ser el gran ganador, nuestro viejito siguió con su enojo y su perreta hasta que la URSS de manera compensatoria comenzó a financiar la economía cubana. No fue fácil ya que en muchas ocasiones existieron los desacuerdos y la URSS, que ya tenía a la Isla comiendo de su mano, aumentaba o disminuía esta ayuda económica siguiendo la consigna de: haces lo que yo digo y recibes, reniegas y te jodes.

El viejito cascarrabias, es justo reconocerlo, tiene un carácter de los mil demonios, y cada vez que se resistía a acatar las órdenes de sus nuevos amos la economía cubana se resentía. Mucho tiempo le duró el orgullo, incluso la historia es testigo de que hizo hasta lo imposible para no convertirse en dependientes económicos directos de la URSS ya que él sabía a lo que se enfrentaba, ya que él sabía que se tenía que tragar toda su soberbia. No es fácil para una persona orgullosa pedir, no es sencillo tragarse la ira y estirar la mano.

Toda la década del sesenta pasó bajo este sello de altas y bajas, para suerte del loquito las cosas mejoraron un poco después del año 1966 cuando fueron liquidados los últimos vestigios de la guerra del centro y pudo regresar a todos esos milicianos a la producción. A finales de la década y con un grupo de recursos que tenía ahorrados quiso dar el salto final e intentó colocar a la economía cubana entre las primeras del continente. Diseñó una estrategia, invirtió recursos para lograr que la producción azucarera creciera en tres veces lo que hasta ese momento había sido.

Apostaron fuerte, arriesgaron todo, y lograron la producción más alta que ha tenido el país en toda su historia. Es cierto que no cumplieron la meta fijada, pero si consiguieron la mayor producción de azúcar en una zafra y, sin embargo, todo salió mal, todo lo que se había soñado se evaporó, todo ese esfuerzo, todos esos recursos invertidos se tiraron a la basura. ¿Por qué?. Es muy simple, no se puede invertir 10 pesos para ganar 1, es simple. El país invirtió todos los recursos que tenía en una apuesta, yo no sé de quién fue la idea de esta zafra, si al viejito se le ocurrió solo, si alguien lo enamoro con este proyecto, no sé y tampoco me interesa, lo que si me interesa es que no hubo una real y verdadera planificación económica, no se respetó la más elemental idea de la economía, se invierte para obtener ganancia, aquí, en este caso, se invirtió para lograr un record, para lograr mover la economía y en ningún momento se midieron los resultados que esto podría tener, en ningún momento nadie calculó las consecuencias.

Toda esta década del 60 se la pasó el viejito luchando contra los economistas porque casi todos los proyectos que se asumieron fracasaron y, por supuesto, don tiranichi culpó de todos estos fracasos a los economistas. Puede ser que en algunos casos haya tenido que ver la mala preparación de un economista para que fracasara un proyecto, pero a decir verdad, la mayoría de todos estos proyectos se realizaron con las modificaciones que les hacía el viejito loco. Yo recuerdo una anécdota, no sé si será cierta o no, tampoco me interesa mucho, donde en cierta ocasión alguien comentó delante del tirano lo productiva que eran las vacas holandesas y de la buena liga que saldría entre una vaca holandesa y una vaca criolla (por cierto, muy buenas productoras de carne y leche) y el loquito de la mata de coco se le ocurrió traer las dichosas vacas para hacer el milagrito. El resultado: un desastre total ya que confiado en la gran producción de carne y leche que iba a tener, el dictador aumentó las exportaciones ese año sin detenerse a pensar cuales serían las consecuencias si su proyecto de mezcla de razas fracasaba. Tal como fue las pobres vacas holandesas y sus descendientes no se acostumbraron al clima tropical y la producción no fue la esperada y lo que es peor que aumentó el costo de producción ya que hubo que acondicionar las vaquerías con aire acondicionado para que estas pobres vacas pudieran producir con dignidad.

Debido a todos estos desastres económicos, donde el tirano terminó por echar a los economistas de la economía, asumiendo él la responsabilidad total, la Isla estaba sumida en una crisis tan profunda que no le quedó más alternativa al viejito loco que claudicar ante los soviéticos.

La década del 70 estuvo marcada por un crecimiento social y, podemos decirlo, económico. Se invirtieron recursos en la construcción de obras, fábricas, se modernizó la industria pesada con maquinaria socialista y el nivel social comenzó a ser un poco más humano.

En esta década se cometieron muchos errores que no fueron tan marcados como los de la década de los 60 debido a la poderosa ayuda económica que recibía la Isla principalmente de la URSS. Sin embargo hubo un error que marcaría a la economía de la isla hasta la actualidad y fue modernizar la industria con maquinaria soviética. Es cierto que, en aquella época, era impensable una debacle del campo socialista, pero si alguien se hubiese detenido a analizar la calidad de la maquinaria, entonces no se hubiera hecho este cambio tan desastroso.

Los ochenta fue la mejor década que tuvo el gobierno de la isla en cuanto a sociedad. En economía no se hizo mucho por cambiar las cosas, lo que decíamos al principio: “La costumbre convierte el hábito, y el hábito induce a hacer las cosas de manera monótona” El gobierno se acostumbró a tener las cosas fáciles, se acostumbró a tener dinero cada vez que lo necesitaba, se acomodó a las dificultades y que ocurrió: vino la debacle del campo socialista y comenzó el periodo especial. Se perdió el 70% del PIB del país. ¿Cómo es posible que el producto interno bruto de un país en su gran mayoría provenga de la ayuda financiera que otorga otro país? ¿A qué economista le cabe esto en la cabeza?

Los noventa fueron duros para los cubanos, sin embargo la sabiduría del pueblo iba a darle al tirano una lección. La economía informal que se creó debido al abandono total del gobierno en la economía interna iba a traerle la clave al tiranuelo de cómo hacer las cosas para salir de esta crisis profunda.

El viejito loco se percató que si permitía un cierto número de negocios la economía podría mejorar, prueba de ello era que en 1993 la población empezó a mejorar su poder adquisitivo debido a la economía informal. De manera inteligente don Loquis se adueñó de este proyecto nacido en las masas y lo hizo ver como un logro de la revolución para sacar el país de la crisis.

Las cosas funcionaron más o menos bien los siguientes cuatro años y como iban en ascenso el tiranuelo se sintió con fuerzas nuevamente y comenzó a abolir este incipiente mercado interno que, a la postre, era el motor de la economía, volviendo el país a la letanía de la crisis que, no fue más profunda gracias a los envíos de remesa económica y las inversiones que se hicieron en el turismo por parte de importantes cadenas hoteleras internacionales.

El turismo pasó a ser entonces la principal fuente de ingresos de la economía, seguida muy de cerca por las remesas familiares que llegaban a la isla. Lejos de proteger estos dos renglones de la economía, los cuales permitían a la revolución mantenerse a flote, el gobierno de la Isla ha tomado medidas muy negativas en los últimos años tales como ponerle un impuesto a las divisas del 20% lo cual ha afectado el flujo de remesas y para recuperar esta pérdida el gobierno tomo la más infantil de las ideas, encarecer los servicios turísticos. Lo cual le ha ocasionado pérdidas multimillonarias.

Lo anterior, a grandes rasgos, ha sido la economía cubana de los últimos 50 años. En el último año ha habido promesas de algunos cambios pero de manera general todo ha seguido igual bajo el mando de tiranito 2 “diferente porquería, mismo olor” y a como van las cosas es posible una apertura económica al estilo de Vietnam, ojalá, no lo digo por el sentido político ni por el sentido de libertad, esos no han cambiado en Vietnam, me alegraría por el sentido económico porque es hora ya de que los cubanos dejen de vivir en la extrema pobreza.

No sé realmente si este cambio se de pronto, lo que sí sé es que los antecedentes de este cambio que se dio en Vietnam se dieron en Cuba en los 90 y me refiero a la economía interna. Si el estado quiere salir de la crisis en la que está metido deberá permitir que la economía nacional sea asumida por la población hasta el grado de las medianas industrias, sirva de ejemplo la China continental donde esto lleva años ocurriendo, existen muchísimos chinos que son empresarios internacionales, que tienen grandes fortunas y nada ha cambiado en el poder político de ese país. Así que no creo que la apertura de una economía privada en la Isla sea motivo de un descalabro para el poder político, es por ello que el gobierno de la Isla debe pensar seriamente en esto antes de tomar otra iniciativa que pueda hundir más en el fango al ya agonizante pueblo Cubano.

Permítanme concluir diciéndole a los hermanos tiranuelos que dejen de temer por el poder político, que por mucho que hagan el poder del pueblo los destrozará, entonces a que temer, permitan esa reforma económica en la Isla y podrán decirle adiós a la CRISIS.

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