Hace muchos años pude leer un ensayo de un amigo del cual, jamás he vuelto a saber, pero lo impresionante de ese ensayo cuyo tema central no recuerdo, fue una frase que ha estado marcando mi vida los últimos 22 años y esta frase cuyas palabras exactas no recuerdo hablaba sobre la fe. Sobre ese instante final de la vida. La frase en si rezaba más o menos: “los hombres creen o descreen de los milagros, pero en el instante fatal del destino los ansían secretamente”
Qué curioso resulta descubrir que la fe es solo un pedazo de tu corazón al cual siempre estarás anclado si deseas o ruegas por algo. Descubrirlo después de tantos años no es una proeza, tampoco un beneficio, pero si algo de lo cual se puede uno jactar y sentirse orgulloso, porque después de tantos caminos desandados por una vida que apenas estoy descubriendo que recién vuelve a comenzar, sentirse orgulloso es lo más necesario que he soñado y lo más impresionante que un hombre puede vivir.
El ser humano es la máquina ideal para soñar, para desear todas y cada una de las situaciones en las que se va a desarrollar su tiempo de vida. El hombre vive de sueños, de esperanzas, de libertades que le son tan necesarias o más que el aire que respira.
Hay muchos sueños en la vida de un hombre que jamás se llegan a concretar y me pueden creer que esto ocurre por la falta de perseverancia que existe entre los seres humanos. Cualquier sueño puede convertirse en realidad, tan solo basta el poder del deseo, el empeño y la tenacidad de transitar todas las rutas de acceso, no importando cuan difíciles o sencillas puede ser, no importando cuantos caminos se deban seguir hasta el objetivo deseado.
Es sencillo, muchas veces queremos vivir de un modo especial pero cuando el destino nos abre las puertas de ese camino nos está diciendo que debemos aprender ciertos detalles que son necesarios para que al llegar hasta nuestro deseo este no resulte una desilusión.
Acaso no hemos vivido ese poderoso instante de la vida, acaso no hemos deseado algo y después de tantos problemas lo hemos conseguido, que increíble sensación, pero acaso no hemos vivido esa zozobra de alcanzar el sueño más deseado y hemos sentido la decepción al percatarnos de que no era del todo real a como queríamos, pero es el sueño, es la meta, más no la alcanzamos de la manera que resultaba completo y eso ocurre porque el destino siempre nos ofrece dos caminos el sencillo y el difícil y uno debe saber elegir cuál de los dos tomar en el tiempo oportuno, no un segundo antes y mucho menos un segundo después, porque entonces desaparecen los preceptos, desaparecen todos los caminos necesarios y ese retraso trae la perdida de ese maravilloso instante donde el sabor a triunfo penetra desde tu aliento y se apodera de todos y cada uno de los poros de tu cuerpo para regalarte el deseo infinito del triunfo perfecto.
Acaso no hemos vivido ese instante donde podemos ver a una persona disfrutando de algo que para nosotros resulta demasiado repugnante o complicado, para no hablar de difícil o imposible. Claro que lo hemos vivido y eso se debe a que esas personas llegaron a su sueño eligiendo el camino exacto para lograr su meta en el momento justo, de otra manera se sentirían decepcionados de hacer realidad el sueño de sus vidas porque no conocieron que el sueño ideal de sus vidas era aprender a combatir los defectos con las armas necesarias, porque solo de esta forma se lucha con el corazón, y si somos capaces de lograr esto somos increíblemente dichosos porque muy pocos mortales han podido escalar tan alto en este mundo.
Yo me siento dichoso, feliz, increíblemente afortunado de haber tomado la decisión correcta en el minuto exacto de mi vida y aunque aún no he alcanzado mi sueño estoy tan seguro de tenerlo que ya lo estoy viviendo por adelantado. Ese es el poder más supremo que un ser humano puede alcanzar ese es el secreto de tener todo lo que quieres y mucho más que ni siquiera puedes imaginar que existe pero está ahí, justo delante de ti para que lo tomes y digas es mío, es mi sueño es mi vida y justo ahora la comienzo a vivir
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