LA DEMOCRACIA Y EL NEGOCIO

En días recientes visitó la Habana el ministro Moratinos para revisar las relaciones de España con la Isla. Al hacerce pública la visita muchos pensaron que el ministro tocaría además de las relaciones económicas la tensa realidad cubana en materia de derechos humanos, lo cual no estaba contemplado en la agenda de la visita pero que por cuestiones de politica exterior de España se entendía que se "presionara" un poco al tirano para que realice algunos cambios tan necesarios para la imagen pública de España y en su defecto de la Comunidad Económica Europea. Hace algún tiempo la C.E.E. levantó, en gesto de buena voluntad las restricciones de comercio con la Isla, quizás con el afan de que la tiranía realizara algunos cambios, los cuales no han llegado y muy difìcilmente llegarán. La mayoría de los países miembros de la C.E.E. mantienen ciertas restricciones por individual en cuanto a materia económica se refiere, la mayoría de ellas derivadas del mal historial crediticio de la Isla y las astrónomicas sumas que se van acumulando por el interés de dichos préstamos. Aunque la C.E.E. en su conjunto no ha emitido una sanción contra la falta de libertades en la Isla, algunos países que pertenecen a la misma si lo han hecho. España, en cambio, olvidando su pasado, esa oscura y sangrienta dictadura del general Franco, y las criticas en los finales de los setenta que realizara el joven gobierno Español contra todos aquellos paises que mantuvieron relaciones de cordiabilidad con el dictador Español ahora realiza esta misma política al mantener una relación de buena voluntad con la dictadura de los hermanos Castro. En los últimos tiempos se han creado algunos grupos que abogan por la unificación de Cuba a España, que la Isla se convierta en una provincia "independiente" de España y sugieren que esta "unificación" se realice por motivos económicos y porque de esta manera la Isla asumiría la democracia más rápido. No es mi intención criticar la postura de estos grupos, ni su afán de promover este tipo de política la cual, a mi entender, es errónea, ya lo he comentado en otros post y si lo traigo a colación es porque no entiendo como es que alguien quiere asumir un modelo de democracia que deja mucho que desear. Lo digo porque una democracia justa, una democracia transparente no puede cerrar los ojos en su política exterior contra una dictadura, ni contra la violación de los derechos humanos solo porque de esta manera se consiguen que los empresarios del país recuperen deudas pendientes que tienen con la dictadura. Resulta oprovioso y humillante que un país como España, que se jacta de poseer un sistema político que promueve y defiende la democracia y los derechos humanos se empeñe en mejorar y promover las relaciones con la tiranía que por más de 50 años han impuesto los hermanos Castro a la Isla de Cuba. En los últimos días hemos visto con preocupación el problema de Honduras y si nos dejamos llevar por la posición política de cero tolerancia del gobierno Español en reconocer a los golpistas y su oscuro juego por instaurar la democracia en Honduras entonces nos preguntamos por qué no aplican esta misma política con la Isla... Cual sea que fueran las verdaderas intensiones del gobierno Español para con esta nueva visita del ministro Moratino a la Isla lo cierto es que se trató de complacer a un grupo de empresarios que solo les interesa recuperar parte de su capital perdido en la Isla, muy a pesar de que en los años noventa cuando fueron a invertir mucha gente les advirtió que los Castro no eran personas de fiar y que cuando ellos se sintieran fuertes económicamente les dejarian de pagar y los echarian de la Isla, pero no hicieron caso, fueron tras las prebendas y las jugosas ganancias que les prometieron y cayeron en esa trampa de la estafa institucional arrastrando el prestigio de una democracia que ahora tiene que enlodarse para obtener esas pingues ganancias que, por demás está decirlo, saldrán del sudor de un pueblo, porque los hermanos Castro no tocarán un centavo de sus fortunas para pagar estas deudas. La oscuridad, el negocio y la ceguera de todos aquellos que no quieren ver que la Isla es una cárcel donde se tortura y se niegan todas las libertades, los convierte en cómplices de un crimen y la historia se encargará de colocarlos en su justo lugar.