miércoles

NOS ENSEÑARON A PENSAR, NOS PROHIBIERON HABLAR
Que tristeza me provoca ver la triste realidad del pueblo cubano. Quizás la frase anterior le pueda sugerir un tema recurrente, quizás usted estará pensando que va a leer un tema largamente trillado en todas las páginas que se oponen a la falta de libertades y derechos en la Isla que existen en la web, pero no, hoy quiero obviar por unos minutos todas esas desgracias, hoy quiero referirme a un tema envidiado por los sociólogos del mundo, un tema que se presta a un mal entendimiento o quizás genere alguna duda pero que, a la postre, es la causa real de la actitud que tienen casi todos mis compatriotas cuando logran salir de la Isla e intentan comenzar una nueva vida en cualquier otra parte del mundo.
La dictadura para muchos, el gobierno para otros, intentó desde sus orígenes allá por 1959 imponer su permanencia en el poder a través de la imposición de sus ideas, para ello utilizó (aún lo hace) la persecusión, la intimidación, las torturas físicas y mentales, lo cual generó en una buena parte de la población el temor a sufrir cualquiera de estos métodos.
Esta parte importante de la población a su vez educó a sus hijos en ese mismo temor, los enseñó a ocultar sus verdaderos sentimientos pues, como es lógico nadie quiere tener a un hijo muerto, preso o desaparecido. Quién no recuerda el consejo de sus padres sobre este asunto. Quién no recuerda el consejo de nuestros maestros intentando convencernos de que no se puede ir contra la sociedad.
Yo jamás he entendido esa mentira. No puedo decir a ciencia cierta que le hubiera dicho a mi hijo si estuviese en esa situación, reconozco que tampoco me hubiera gustado verlo tras las rejas, mucho menos torturado o desaparecido. Yo tuve mi forma de pensar autónoma al socialismo desde que entre en la adolescencia y recibí muchos de esos consejos pero no los tuve en cuenta, jamás me callé, desde muy joven mantuve mi forma de pensar, mantuve mi opinión sobre la realidad cubana. Siempre he sido un opositor a la falta de libertad, a la falta de derechos y sufrí por ello, pasé tiempo en la cárcel, sufrí torturas físicas y mentales y no por lo anterior he cambiado mi forma de pensar pero no por ello me decidiría a no enseñarle a mentir a un hijo para que no pase por lo mismo por lo cual he pasado yo. No se cual sea la opinión del resto de las personas, la mia la acabo de exponer.
Como he dicho anteriormente nos enseñaron a mentir, nos enseñaron a ocultar nuestros sentimientos reales para evitar los problemas, para evitar las consecuencias que generan pensar diferente a las ideas políticas que nos intentan imponer por la fuerza. Lo curioso de esta situación es que desde la escuela primaria se nos intentó ideologizar, se nos intentó encauzar a través de una ideología lo cual está prohibido por la carta magna de los Derechos Humanos de la cual Cuba es signataria, pero tambien se nos enseñó a pensar, se nos enseñó a defender los principios, se nos enseñó a no quedarnos callado ante lo mal hecho, se nos enseñó a defender a los más débiles de los abusos, se nos enseñó a compartir, se nos enseñó a opinar y ahi es donde radica el verdadero misterio que deben estudiar los sociólogos, porque es tan interesante el hecho de que te enseñen a vivir y no te dejen hacerlo.
No es una noticia nueva lo anterior, sino más bien una reflexión acerca de la sociedad cubana de los últimos cincuenta años. Nos enseñaron a pensar, les decía, porque nos inculcaron desde pequeños el hábito de la lectura, el hábito de reflexionar acerca de lo que leemos, a meditar cada frase o situación para obtener una conclusión. Es cierto que todas esas lecturas iniciales están destinadas a encauzar nuestros primeros pasos en el ideal socialista, es cierto que todas esas lecturas están basadas en mentiras idealizadas para mostrarnos el poder de una sociedad, pero el hecho no quita el mérito de que nos enseñaron a pensar, de que nos enseñaron a reflexionar, de que nos enseñaron a leer y sé que usted puede pensar por qué la mayoría de los cubanos que han sido adoctrinados para amar el socialismo lo odien. Es fácil de entender, más no tan sencillo de comprender.
La educación a través de conceptos hermosos y alejados de la realidad suele enfrentar a los individuos en su contra con el paso del tiempo. No es solo el socialismo quien pasa por esta crisis de adeptos. La Iglesia Católica le está ocurriendo exactamente lo mismo y se debe a la falta de modernización de sus conceptos originales. Existe en la actualidad cierta corriente que quiere modernizar los cánones de la Iglesia Católica más desde Roma han llegado las negaciones y eso se ha reflejado en una constante emigración de sus adeptos hacia otras religiones. Con el socialismo ocurre exactamente lo mismo. Las viejas prácticas dictatoriales ya no son del agrado de las mayorías, en realidad nunca lo han sido, por ello ninguna dictadura ha sido eterna. Los socialistas de extrema izquierda han querido mostrar una nueva cara al presentarnos el socialismo del siglo XXI pero que fácilmente se observa que es la misma sociedad cerrada y autoritaria que quiere controlar la sociedad a través de un modelo dictatorial moderno. Sin embargo no todas las sociedades socialistas adolecen de este mal, ejemplo de ello es Chile. País que ha demostrado que puede existir un sistema socialista donde se respetan las garantía constitucionales, las libertades públicas y por supuesto el respeto a las urnas y al voto libre de sus ciudadanos.
Al enseñarnos a leer, meditar, reflexionar y pensar la dictadura cometió su primer y más grave error en su afán de imponernos una ideología, porque para enseñarnos nos miente en sus textos y a ver la realidad y aplicar los conocimientos nos percatamos de la mentira, por ello para protegerse la dictadura nos impone el miedo, nos impone la falta de libertades, no nos permite opinar aquello que nos enseñó a pensar obligándonos, por supuesto, a la gran mayoría a vivir en la doble moral del engaño lo cual, desde mi punto de vista personal, es el cimiento donde fue construida la tiranía que hoy oprime nuestro pueblo. Mismo cimiento que por ser construidos con materiales tan inestables ha sido la causa de su poca aceptación por la sociedad.
Yo sé que no existe hoy día una sociedad perfecta, que no existe una sociedad que ampare en verdad todas las garantías de sus ciudadanos. Es cierto que existen las sociedades libres y las sociedades cautivas. Es totalmente cierto que no existe un sistema político que cubra las expectativas de todos los ciudadanos pero para ser francos prefiero vivir en una sociedad donde se me permita opinar, pensar, escribir, publicar y donde no se violen mis derechos de asociación que vivir en una sociedad donde los caprichos de un hombre están por encima de los deseos reales de un país entero. No me importa que me enseñarán a callar para evitarme problemas, jamás lo hice y aunque mi patria no es libre, yo vivo en una sociedad libre y dedico mi tiempo para que mi país también lo sea.

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