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OPINIÓN CUBANA: EL MÉRITO DE ALCANZAR 10 MIL VISITANTES EN TIEMPO RÉCORD EN LA ERA DEL PERIODISMO DE NN. TT.
Desde que nacieron el periodismo y el periódico, es decir, impresos periódicos con intención informativa, más o menos masiva, nunca un soporte y sus artífices habían afrontado un reto tan grande como el que les plantean las Nuevas Tecnologías (NN. TT.): el reto de escribir bien, diseñar atractivamente y garantizar la instantaneidad.
Como el ser humano es un animal de costumbres, pero inteligente, capaz de sentir afectos y de tener intereses, que necesita información diaria de los más inconcebibles universos de interés, el periódico convencional/tradicional, se impuso, de forma casi tan semejante al desayuno de café con leche y el beso de despedida por la mañana a los hijos y surgió el ejército universal de lectores de periódicos.
Precisamente porque seguimos siendo este estupendo animal, que además tiene la capacidad innata de cambiar de costumbres, también de intereses, pronto nos hemos acostumbrado a esta fantástica costumbre: utilizar, aprovechar y disfrutar de las NN. TT.
El gran reto, el reto invencible, para el periódico convencional/tradicional y sus realizadores, es justamente, la instantaneidad, la actualización instantánea, al segundo, de lo que acaba de acontecer, de instante en instante, cualidad que siempre han requerido, y seguirán requiriendo, todo tipo de lectores pues la noticia es, y seguirá siendo, un acontecimiento informativo de interés general inmediato. Ninguna impresión física podrá superar, en velocidad de tiempo ocupado, al acto de dar unos cuantos clic que, cada vez, y a su vez, serán menos.
Estar consciente de esta realidad me sitúa, pues, entre quienes consideran que el periódico convencional/tradicional tiene, efectivamente, los días contados. Creo que irán cayéndose, uno a uno, como las hojas del gran árbol del río, cuando llega el Otoño, sólo que para el gran árbol de la información impresa, del universo mediático, no habrá, cumplido el ciclo, otra Estación. La caída de sus hojas será definitiva –y nunca mejor dicho. El periódico impreso se extinguirá como una especie que ya cumplió su función en esta vida, la de contribuir a dar vida a otra.
Quienes leen hoy los periódicos impresos son –somos-, fundamentalmente, los que nacieron con un estanquillo abierto todas las mañana en la esquina de su casa. Cuando estos lectores, por ley buena o mala de la vida, desaparezcan, el periódico impreso desaparecerá. Dicho de otra forma, cuando desaparezcan los animales de costumbres que se acostumbraron a esta costumbre.
En el mundo de hoy, en su día a día, estos mismos animales –nuestros hijos- nacen con un ordenador, conectado a Internet, en su sala o su dormitorio. Tienen las noticias, incluyendo, por supuesto, las de las últimas horas, y la de ¡Última hora!, en su sala o en su dormitorio, algunos en su cama, o en su cuarto de baño, pero tienen, además –y como si esto no fuera suficiente para calificarlo de maravilla- en una misma pantallita todos los periódicos del mundo, de Derecha y de Izquierda, de abajo y de arriba, con todas las opiniones contrastables. Pueden, incluso, disponer de los elegidos hasta en sus propios correos electrónicos y matar dos pájaros de un tiro. Revisar sus mensajes y, antes o después, informarse de una forma tan objetiva como nunca se había visto. Con gran dolor tengo que admitir y reconocer que hasta las hermosas y románticas cartas de amor andan ya como las especies en peligro de extinción, a duras penas.
La máquina de escribir ya no tiene sentido, ya no existe. El viejo linotipo y su complejidad, su sorprendente cantidad de piezas y su monumental tamaño, con sus operaciones misteriosas y su operador mágico, que un día nos parecieron insustituibles y asombrosos, hoy son objetos museables. La imprenta está quedando para las invitaciones, las notas necrológicas, los obituarios. El teletipo, que nos parecía un objeto sobrenatural por el simple hecho de que nos permitiera hacer llegar un reporte desde el congreso que cubríamos hasta la redacción central, a miles de millas, en cuestión de minutos, hoy también es un objeto museable.
Estamos perdiendo hasta la habilidad para manejar la pluma –otro gran invento de su tiempo- y para pasar hacia atrás hojas de papel –aquel súper invento que revolucionó el mundo del pensamiento y la conciencia humanos. La computadora, la web, el blog, las redes sociales, el móvil inteligente, se han convertido, ya, en el pan nuestro de cada día para millones de personas, hecho sin precedentes en la Historia de la Información y las Comunicaciones, en la interacción individual y social a través de la palabra, la letra, el sonido y la imagen.
Los periódicos digitales, las web personales, los blogs ciudadanos, Google, Wikipedia, Facebook, con los actuales dueños o con otros, fusionados a terceros o sin fusionar, están de plácemes, el libro electrónico es un acontecimiento tan indetenible como la puesta del Sol. ¡Tiemblen también las editoriales convencionales/tradicionales!
Los diarios convencionales más importantes del mundo anuncian su caída en edición, circulación y venta, de sus versiones impresas, desde 2007, o sea, su marcha hacia la nada. Su fin, en mi opinión, llegará con el de la vida del último lector acostumbrado. ¡Hasta el papel para las actas judiciales y los certificados médicos está en peligro! Tal vez no a tan largo plazo a juzgar por la vertiginosidad de los acontecimientos en el campo de batalla de la electrónica.
Cualquiera, desde su casa, a muy bajo costo y con una plantilla muy pequeña, puede lanzar un periódico (¡algo increíble!) que llegue a la meta donde se lea ‘Éxito’. Sólo se necesita ser un buen periodista, un buen informático y ser un buen emprendedor, aunque la competencia ya empieza a ser voraz.
Cualquiera puede informar –y cualquiera informa. Sólo necesita tener voluntad y disponer de un ordenador, incluso aunque no sea propio, por unos segundos. Cualquiera puede obtener información, contrastar, sacar conclusiones propias, crear estados de opinión hasta sin salir de su casa.
No quiero decir, ni digo, sin embargo, que cualquiera pueda hacer periodismo aunque informe periódicamente, pues periodismo supone una técnica y una práctica que requieren estudios, sean institucionales o autodidácticos. De ahí que tampoco, personalmente, esté entre quienes acuñan el término periodista ciudadano y periodismo ciudadano.
Todo ciudadano del mundo desarrollado, donde más existen estos medios al alcance de todos, no sabe, por ejemplo, las cuatro preguntas que debe responder un buen lead, o cabeza, de una nota noticiosa, ni que cada párrafo, para que sea buena, de este tipo de nota no debe pasar, de ser posible y casi siempre, por no decir siempre, lo es, de cinco líneas. Tampoco sabe que en 16 o 21 líneas debe quedar dicho todo lo que necesita saber un lector, respondido todo lo que pueda preguntarse un lector acerca de un hecho noticioso y que debe decirlo, además, con los giros propios del sector reportado, sea un incendio, una corrida de toros, un juego de fútbol, un asesinato. Igualmente no sabe que el cambio de párrafo debe responder a un sub asunto dentro del tema. Asimismo no sabe que, salvo excepciones que confirman la regla, para hacerse buen periodista o para ser un buen periodista, hay que estar, diariamente, no menos de 10 años bajo la égida implacable de un buen jefe de redacción a quien al principio aborrecemos y, sólo al final, agradecemos, en tanto que ignora que lo mejor es entrar como simple redactor de nota (el primer escalón de una redacción, ese puestecillo que tanto se desprecia porque se recibe órdenes de medio mundo, pero que “tanta escuela da” y tanto ayuda al futuro periodista), seguido “de la calle”, del de reporter, que es la otra gran escuela de la profesión, y desconoce que hay una cosa rara que se llama “chispa periodística” que, además de rara es misteriosa porque algunos la tienen desde que nacen y otros no llegan a poseerla nunca. Todo ciudadano del mundo, que informa masivamente por Internet (y este adverbio es necesario, pero no suficiente para hacer periodismo) no sabe tampoco, y mucho menos, que si una Lengua, aunque sea la materna, se utiliza como instrumento de trabajo no llega a dominarse nunca porque entonces impone exigencias incumplibles dada la dinámica de dicha Lengua en un país desarrollado y la necesidad de sacarle todo lo que ella pueda dar y que espera el lector avezado, ni que hay “periodistas” que saben mucha gramática y nunca llegan a ser periodistas, ni que en toda redacción hay profesionales que, aunque vean una primera y mala cuartilla escrita por alguien pueden descubrir que detrás de ese alguien hay un buen periodista posible.
No obstante, sí es cierto que todo el que quiere informar puede informar, a muy bajos costos, a muy pocos tiempos, que en la red hay perfiles editoriales para todas las necesidades y preferencias, para la expresión y difusión de asuntos muy trágicos y muy divertidos, muy profundos o muy superficiales, para asuntos personales o colectivos, para breves semblanzas, simples comentarios, ensayos enjundiosos o notas noticiosas, para todo lo malo y para todo lo bueno, para toda generosidad y para toda fechoría, para todo lo moral y para todo lo inmoral.
Esto último con una facilidad añadida: el nick, el seudónimo, el anonimato, “Ese” no identificado, ni identificable que seguramente surgió y se permitió porque no se sabía, al principio, “Adonde llegaría esto”, condición, subrayo, la del anonimato, que personalmente nunca he utilizado y que tanto aborrezco porque el adulto que necesita actuar protegido por él generalmente podría no tener buenas intenciones ni lo utilizará para buenas obras, no actuará a favor del Bien o del Bien Común, si se prefiere. Descuento a aquellos que lo utilizan porque “Esto es lo que hay”, “Porque así es”, “Porque es la moda”, por inercia.
De ahí que probablemente a la larga tenga que desaparecer y desaparezca porque, en definitiva, quien entra a la red entra en una gran autopista universal, no en un callejón provinciano. ¡Navega y de qué manera!
No tengo que recordar que los pilotos de aviones tienen que obtener permisos para aterrizar en su destino o que los choferes de coches tienen que poseer matrículas. Sólo así se evitan accidentes y solo así se detecta y coge fácilmente al infractor. Es que la libertad requiere responsabilidad y la responsabilidad, identidad, de manera que nadie venga a anunciarme que estoy contra la libertad.
De hecho ya, para poseer un celular o móvil, hay que registrarlo con nombres y apellidos y número de identidad personal. Supongo que igual ocurra con el acto de comprar un ordenador, un dominio, crear una página web, un blog, un correo electrónico, abrir un espacio personal en una red social. Hay formas de hacerlo con todo lo que ya existe y con lo que está por existir. ¡Cuántos malestares y crímenes se evitarían contra personas indefensas! Sería bueno, por cierto, que se creara en la red un gran grupo contra el anonimato.
Este texto, que inicialmente sería un breve comentario y se ha convertido en un largo artículo –decidí aprovechar la ilustre ocasión para decir las cuatro cosas que quedan dichas- existe porque a miles de cuadras de mi casa en la Comunidad Autónoma (provincia) de Murcia, España, por allá por México, hay un cubano que se llama Julio Antonio Rodríguez Santana, (Tony), ese cubano es Licenciado en Turismo por la Universidad de La Habana, cursó la Escuela Internacional de Hostelería y Turismo, es un excelente Chef, pero, a la vez, es un excelente blogger y un excelente fotógrafo y tiene un excelente sitio en el ciberespacio, cuyo nombre es Red de Opinión Cubana que comenzó siendo, el 22 de Junio de este año 2009 un modesto blog:
fue agregándole otros espacios y ahora acaba de convertirse en una excelente web:
con la cual tendrá que contar el exilio cubano para estar, no sólo bien informado, sino bellamente informado. Posee una parcela personal en Facebook que tiene –o tenía hace un segundo- 3 mil 117 amigos.
Como si todo esto no fuera suficiente para dedicarle un tiempo y unas líneas, le gustan las mujeres, los boleros, los vinos y escribir, como a mí, es de mi reparto, Guanabacoa, en La Habana, tiene, como yo, entre sus citas favoritas, ésta del líder de la independencia cubana, José Martí, "Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad”, es demócrata cubano desterrado y que sigue luchando por Cuba Libre, sin embargo, aún todo esto podría pasarse por alto una noche como hoy. Tony ha hecho algo que merece elogio y es mi amigo desde hace más de 25 años. ¡Esto sí no puede pasarse por alto!
La Plataforma Opinión cubana acaba de arribar a la cifra de 10 mil visitantes, sólo le tomó cuatro meses alcanzar esa cifra mágica, como todas las redondas, y, según él, “(…) lo bueno es que el 42 por ciento de los visitantes ‘repiten’ y eso es lo importante: que la gente vuelve una y otra vez (…)”, criterio que comparto porque no lograrlo sería como si invitaras a alguien a tu casa, lo recibieras y decidiera no visitarte más.
Julio Antonio Rodríguez Santana ha logrado un buen resultado, que en la red es lo único que importa, con inteligencia, sensibilidad, dedicación, profesionalidad y sentido común, que están entre las cualidades que él tiene y entre las que yo prefiero y respeto más.
A mí, en cambio, escribir estas líneas sólo me costó saltarme una cena, una mujer, un vino y un bolero.
Enhorabuena, Tony, y cómo dejó dicho César Vallejo, “Mata y escribe.
Julio San Francisco Periodista, blogger

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