lunes

YA NO ESTÁ EL MURO
No es la sangre que se agolpa incrustada contra el hormigón, no es el tiempo que transcurre desde la destrucción del sonido pardo, es la invisibilidad contenida entre el destino y la marcada saturación de odio, la misma saturación que impidió por muchos años que la humedad dejara de tener esa silueta gris, ese símbolo encerrado detras del círculo blanco, ese símbolo que tanto odio concentró sobre el destino.
Los muros no sirven para encerrar los pensamientos, no sirven para conseguir la imposición de un destino. el destino siempre busca ese camino concluyente, transita por esos callejones donde pululan la verdad y la justicia, no se detiene, tan solo con ese gesto adorable permite que se unifique el silencio y la música bulliciosa.
Son muchos años, son inmensas las historias que cubren el velo de luto que representa esta masa de hormigón, esta masa que desprende el olor a odio, el olor a incontables anecdotas donde un farol encendido del otro lado del muro era la guía para impregnar el alma de sueños. Es que ahí está el bien, las cuatro gotas de rocío que necesita el sueño para conciliar su paz.
Es hermoso ver caer la ignorancia, ver caer esos pedazos de concretos construidos con arena, sudor y sacrificios, barnizados con la libertad arrebatada a los que quedaron dentro, con la imposición de las ideas contrarias al deseo. Es hermoso ver caer la tarde sin divisar la silueta del deshonor.
No es la sangre, son los sangrados quienes se acercan a festejar, no están los ladridos, las balas perdidas, los deseos de aplastar el orgullo, ya no están los que quieren cruzar a escondidas, los que viajaban por toda la ciudad para aprovechar los balcones cercanos y conversar dos palabras con la esperanza, los planificadores del próximo salto, ya no están, desaparecieron con la entrada de luz al caer el muro, al penetrar el destino por tantos años retenido.
Que rápido han desaparecido las sombras que por tantos años impidieron que llegara el sol a la tierra cercana al muro, los incineradores de las margaritas y las mariposas, ya no están los graffitis que gobernaron los últimos meses, los reos y las maldiciones, el paso prohibido, los escoltas asesinos de la madrugada.
Ya no está el muro, tan solo es un fragmento de recuerdo en la historia de un destino que jamás debió ser cercenado...
12 de noviembre de 1989
Este es un viejo poema que escribí en la Habana el 12 de noviembre de 1989 tres días después de la caída del muro de Berlín, cuando realmente llegó la confirmación del rumor de su caída, pues la tiranía intentó ocultarlo como siempre. Hoy lo he querido traer en homenaje a los alemanes que perdieron la vida en el intento de cruzarlo, en homenaje a los alemanes que sufrieron cárcel y represión por el anhelo de la libertad, pero también lo quiero traer para homenajear a todos los cubanos, a los que hoy día están luchando para derribar el muro que impide que la democracia y la libertad alumbre las calles de la Isla.
Julio Antonio Rodríguez Santana
Presidente del proyecto Opinion Cubana

0 comentarios:

 
Copyright 2009 OPINION CUBANA. Powered by Blogger Blogger Templates create by Deluxe Templates. WP by Masterplan