El verdadero sentimiento de amor no es ese que muchas personas piensan que nace de un flechazo o un encuentro casual, donde la química fluye hasta convertirse en un deseo inevitable. Este deseo es comprensible y muy normal pese a esos tbúes que las personas persisten en mantener sobre su estado de vida. La llegada de un encuentro no es programado, es algo muy casual que se pacta desde el mismo momento en que dos personas coinciden a través de sus miradas y por alguna razón que coincide con el gusto personal nace esa atracción que todos conocemos como amor a primera vista.
El amor a primera vista es más común de lo que realmente pensamos. Es cierto que cuando conoces a una persona siempre tiendes a ofrecer todos aquellos detalles que valoren tu integridad y presencia social ante esa persona. Hay quienes creen que hacer esto es malo y en parte tienen razón pero no se puede ir en contra de toda lógica social de convivencia, lo cual, a mi entender, es una excelente forma de cerrar esa especie de trato inicial que es la amistad. Lo que no debemos hacer es presentarnos como oro para luego no llegar a metal alguno.
Una buena presentación consiste en poner delante de ti todos aquellos atributos que consideras sean virtudes pero sin llegar a esa exageración a la que me refería anteriormente. Los defectos siempre van a salir tarde o temprano, por ello es aconsejable en esta presentación habitual jugar ese delicioso juego de preguntas y respuestas que te ayudará a dar cause a esa química deliciosa que esta fluyendo sobre ese encuentro casual.
Muchas personas son de la opinión de no dar rienda suelta en ese encuentro y no estoy de acuerdo. Las relaciones sexuales son tan normales que forman parte del cúmulo de deseos de los seres humanos. Yo sé que existen demasiados prejuicios sociales como para romper ese esquema y dar este salto y también se que muchas personas a pesar de mantener un estatus social acorde a estos prejuicios no pierden la oportunidad de disfrutar a escondidas de estas experiencias sexuales. En todo esto no hay nada reprochable, los seres humanos debemos aprender a vivir en libertad, ¿por qué reprimir un deseo sexual si el mismo es producto de una situación donde ambos están plenamente de acuerdo en el acto?
La prudencia es relativa, hoy día existen numerosos complementos para evitar enfermedades o embarazos que son, a mi juicio, las dos causas reales que pueden impedir un encuentro sexual entre dos personas que apenas se acaban de conocer. Tener este encuentro no es malo ni mucho menos prohibido. Quizás para quien practique alguna de las religiones sea un tabú o un pecado, o también para quienes aún persisten en esas viejas prácticas sociales sea una ofensa o una falta a sus principios de moralidad.
la realidad es que en ningún caso es un atentado a la moral, porque en la mayoría de los países donde existe una cultura al estilo occidental no existe ninguna ley penal que convierta este acto sexual en delito.
Yo sé que muchas personas sienten temor de este acto fortuito ya que tienen esa sensación de que nada ocurrirá después y, hasta cierto punto, pueden tener algo de razón, pero la realidad es muy diferente ya que muchas de las relaciones amorosas que se desenvuelven a nuestro alrededor empezaron de esa manera. La diferencia que muchas de esas personas no reconocen que esa relación existió porque, por desgracia, aun vivimos en una sociedad que se debate entre la moralidad morbosa y la triste realidad de que esa moralidad no es más que un viejo tabú que, por razones diversas, mantenemos dentro de las leyes morales de la sociedad.
En resumen quisiera expresar que no dejemos pasar esas pequeñas citas aunque solo duren horas, que nos protejamos estoy de acuerdo, porque no conocemos a la otra persona, pero si siempre es saludable tener esa experiencia y no quedarnos con ese deseo de lo que pudo haber sucedido. El "hubiera" es una palabra que usamos mucho pero que jamás existe porque cuando la usamos siempre estamos expresando ese deseo reprimido que no debemos de conservar pues, uno a uno, se iran acumulando en nuestra alma y cuando estemos sobre ese camino donde ya no podemos más que lamentarnos entonces, todos y cada uno de esos deseos regresarán para "atormentarnos" sobre el deseo de lo que, por motivos sociales o personales, no quisimos realizar.
No quiero que mis palabras sean mal comprendidas. Cada persona es un universo independiente. Cada quien tiene el derecho de realizar con su vida lo que desee sin que ninguna restricción de indole moral lo detenga. Las relaciones fortuitas son patrimonio de cada persona, nuestro interés es que las personas entiendan que no es necesario esconderlas o negarse a ellas por aquello del que dirán. El amor es tan puro y bello que jamás se verá empañado por estas relaciones casuales y éste no llega por el solo hecho del conocimiento sino por la convivencia entre dos personas.
Artículo escrito por encargo para la revista privada "The Corners Singles" publicado en su edición 43 de 2009.
0 comentarios:
Publicar un comentario